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¿Qué es Growth Hacking?
Growth hacking, o "hackeo de crecimiento", es una metodología basada en la prueba y análisis constante de múltiples hipótesis de marketing. Este enfoque permite aumentar significativamente los indicadores comerciales en poco tiempo. El growth hacking también se conoce como marketing de crecimiento explosivo. El término fue introducido por Sean Ellis en 2010, quien pudo aumentar sustancialmente los ingresos de empresas como Dropbox. Actualmente, dirige la comunidad de growth hackers llamada GrowthHackers.
Según un estudio de GrowthHackers realizado en 2022 entre 236 empresas de todo el mundo, la mayoría de los encuestados notó un aumento en los ingresos tras la implementación de un equipo de growth hackers. El 20% de las organizaciones informaron que sus ganancias anuales aumentaron en más del 100%. Los growth hackers prueban al menos cinco ideas semanalmente que pueden aumentar los ingresos. Las grandes corporaciones pueden probar hasta 1000 hipótesis por semana, lo que les permite identificar los métodos de crecimiento más efectivos.
Diferencias entre growth hacking y marketing tradicional
El growth hacking se diferencia del marketing tradicional por su estructura y enfoques de trabajo. En el marketing clásico, los equipos suelen centrarse en atraer clientes y mantener su interés, mientras que en el growth hacking el equipo abarca todas las etapas del viaje del cliente. Esta estructura es conocida como AARRR (Adquisición, Activación, Retención, Ingresos, Referencia).
Los growth hackers deben tener acceso rápido a los datos en todas las etapas para poder analizar eficazmente los resultados. La analítica juega un papel clave en el marketing de crecimiento explosivo: todos los cambios deben estar respaldados por datos. Por ejemplo, la agencia Shevchenko.bz no solo analiza conversiones, sino que también calcula de antemano el costo de resultados exitosos y fallidos.
Cómo funciona growth hacking
Los equipos de growth hackers trabajan en un ciclo: recopilan datos, generan hipótesis, realizan experimentos y analizan resultados. El proceso comienza con la recopilación minuciosa de datos, sobre la base de los cuales se desarrollan las hipótesis. Estas hipótesis son luego probadas, y los resultados se registran para análisis posterior. Por ejemplo, si la hipótesis es que aumentar el tamaño del botón dará lugar a un aumento en la conversión, el equipo define claramente las expectativas y los recursos necesarios para la prueba.
Se utilizan a menudo pruebas A/B rápidas para probar múltiples hipótesis en poco tiempo. Después de la prueba, se analizan los resultados y el equipo toma decisiones sobre los próximos pasos, basándose tanto en los éxitos como en los fracasos. Es importante que el éxito de un experimento no afecte negativamente a otras métricas.
¿Quién debe encargarse del growth hacking?
Un equipo de growth hackers generalmente está compuesto por profesionales de diversas disciplinas que trabajan de manera permanente. La composición mínima del equipo incluye un analista, un especialista en marketing, un desarrollador, un diseñador, un maquetador y un gerente de proyectos. Cada uno de ellos desempeña un papel clave en el proceso de prueba e implementación de ideas. En empresas más pequeñas, un empleado puede combinar varios roles, sin embargo, es importante que esto no retrase el proceso de prueba.
El growth hacking puede no ser solo una actividad separada, sino también un enfoque de trabajo que todos los miembros del equipo aplican. Por ejemplo, los especialistas en marketing y los gerentes de producto pueden participar en la prueba de funcionalidades del producto y la interacción con los clientes, lo que permite encontrar nuevos puntos de crecimiento.
¿A qué empresas les conviene el growth hacking?
El growth hacking es especialmente adecuado para empresas dispuestas a experimentar y que reconocen que los fracasos son parte del proceso. Esto requiere paciencia y un enfoque cuidadoso para analizar los datos obtenidos. Los equipos que trabajan en el espíritu del growth hacking también deben ser flexibles y estar abiertos a los cambios. Por ejemplo, la historia de éxito de YouTube muestra cómo una solución simple —la integración del reproductor en sitios externos— llevó a un crecimiento explosivo.
No obstante, es importante entender que no todos los proyectos pueden soportar el ritmo intenso de trabajo característico del growth hacking. Aproximadamente el 70-80% de los experimentos de los novatos terminan en fracasos, mientras que en equipos más experimentados esta cifra se reduce al 50%. La capacidad de aprender de los errores y continuar trabajando en nuevas hipótesis es lo que realmente importa en este campo.
