Contenido
- ¿Qué es la gestión de riesgos?
- ¿Para qué sirve la gestión de riesgos?
- ¿Qué tipos de riesgos existen?
- ¿Cómo se gestionan los riesgos?
¿Qué es la gestión de riesgos?
La gestión de riesgos es un proceso de identificación de riesgos potenciales y desarrollo de estrategias para gestionarlos en el contexto del desarrollo de una empresa o proyecto. Aunque el término "riesgo" a menudo se percibe de manera negativa, en el ámbito de la gestión de riesgos no siempre significa una situación indeseable. Los riesgos crean incertidumbre, que puede tener tanto consecuencias negativas como positivas. Por ejemplo, invertir en una joven startup puede resultar en ganancias significativas o, por el contrario, en grandes pérdidas.
Es importante entender que la gestión de riesgos no elimina todos los riesgos. Esto es imposible, ya que los riesgos están presentes en todas las etapas del funcionamiento de un negocio. Además, al evitar los riesgos, la empresa limita sus oportunidades de crecimiento y desarrollo. Los gestores de riesgos no solo se dedican a eliminar riesgos, sino también a gestionarlos: minimizando las consecuencias negativas, buscando soluciones de compromiso e incluso aceptando los riesgos como una parte integral del negocio.
¿Para qué sirve la gestión de riesgos?
La gestión de riesgos es necesaria no solo para resolver situaciones imprevistas, sino también para garantizar la estabilidad y seguridad general del negocio. Los gestores de riesgos analizan y previenen a diario incluso los riesgos más pequeños, realizando un trabajo rutinario de protección de la empresa. En el transcurso de su actividad, recopilan y procesan amplios datos sobre diversos aspectos del negocio y factores que lo afectan. Esto permite identificar problemas de manera oportuna y ajustar la estrategia empresarial.
Por ejemplo, una empresa delegó la creación de materiales publicitarios a freelancers, ya que mantener empleados a tiempo completo resultó demasiado costoso. Sin embargo, como resultado, la publicidad a menudo se retrasaba, lo que, aunque parecía un problema menor, en realidad amenazaba con pérdidas serias a largo plazo. Los gestores de riesgos pudieron evaluar las posibles pérdidas y concluyeron que mantener un personal interno sería más rentable.
Además, investigar los riesgos ayuda a las empresas a adaptarse a los cambios y prepararse para futuras dificultades. Este enfoque basado en datos es uno de los más efectivos en el negocio moderno. Un ejemplo es la empresa Netflix, que, al notar la competencia de YouTube, abandonó el lanzamiento de un dispositivo para descargar películas y se centró en la transmisión de contenido, lo que se convirtió en la base de su éxito.
¿Qué tipos de riesgos existen?
Existen muchos factores que pueden poner a una empresa en una situación de incertidumbre. Estos riesgos se clasifican según diversos criterios. Por ejemplo, de acuerdo con la clasificación de D. Rumsfeld, los riesgos se dividen en cuatro categorías:
- Conocidos conocidos — riesgos que son conocidos y pueden ser medidos;
- Conocidos desconocidos — riesgos que son conocidos, pero que son difíciles de evaluar;
- Desconocidos desconocidos — riesgos de los cuales no se sabe nada y, por lo tanto, no se pueden gestionar;
- Desconocidos conocidos — riesgos que son conocidos, pero que pueden ser sobreestimados o subestimados.
Además, los riesgos se clasifican en internos y externos, controlables y no controlables. Los riesgos controlables son aquellos sobre los que la empresa puede influir, mientras que los no controlables son factores de los que no depende, como una crisis económica.
¿Cómo se gestionan los riesgos?
El proceso de gestión de riesgos incluye varias etapas:
- Identificación de riesgos. Los gestores de riesgos analizan datos para identificar tanto amenazas internas como externas. Se utilizan diversas herramientas, como el análisis FODA.
- Evaluación de riesgos. Todos los riesgos identificados se documentan y evalúan según criterios de probabilidad de ocurrencia y daño potencial.
- Aplicación de herramientas de gestión. Los métodos se dividen en cuatro categorías principales: evitación, reducción, distribución y aceptación de riesgos.
- Monitoreo y ajuste. Después de implementar el plan, los gestores de riesgos recopilan datos para analizar su eficacia y realizar ajustes si es necesario.
Por ejemplo, la empresa Excite en 1999 se negó a adquirir Google, que en ese momento costaba solo 750 mil dólares, lo que hoy se ve como un grave error. La gestión efectiva de riesgos ayuda no solo a minimizar pérdidas, sino también a utilizar los riesgos como una oportunidad de crecimiento.
